Imagínense la escena: Meses después de la Resurrección y Ascensión de su Hijo al Cielo, en la casa del discípulo amado, rodeada de un pequeño grupo de seguidores de Cristo. Habiendo pasado, en el mejor de los casos, tres años con su Mesías, estos nuevos cristianos están deseosos de aprender más sobre Él. María comparte en voz baja y con humildad las historias de la Anunciación, su visita a Isabel y el nacimiento de Jesús en Belén. Nos habla de la infancia de Cristo, que creció en Egipto y luego en Nazaret, la angustiosa búsqueda de Jesús en el camino desde Jerusalén, y aquella vez que ambos asistieron a una boda en Caná.
María no ofrece una lista de las cualidades que hacían especial a su Hijo, sino que cuenta las historias que muestran su humildad, amor y poder. No enumera normas y procedimientos, sino que relata recuerdos que encarnan el modo en que todos deberíamos vivir. Así como su Hijo enseñó a través de parábolas como la del hijo pródigo y las diez vírgenes, María enseña a través de las historias reales de la vida de su Hijo, sabiendo que es a través de las historias es como mejor se despertará la imaginación de sus oyentes, como mejor se avivarán sus recuerdos y su deseo de vivir como Jesús.
Del mismo modo, nosotros, como padres, podemos utilizar la herramienta de la narración para enseñar la fe a nuestros hijos, y nuestra fe es rica en el don de la narración. Tenemos las antiguas historias de Noé y su arca, José el soñador, Jonás y la ballena, por nombrar sólo algunas. El Evangelio nos ofrece joyas como Cristo convirtiendo el agua en vino, curando al endemoniado y resucitando a Lázaro. Por supuesto, las historias no terminaron con la Ascensión de Cristo. Los Hechos de los Apóstoles narran el nacimiento de la Iglesia, la conversión de Pablo, el martirio de Esteban e, incluso más allá del canon de las Escrituras, los padres de familia disponen de la vida de los santos para ilustrar a sus hijos sobre la vida virtuosa.
Con la ayuda de una abundancia de libros, programas de televisión y sitios web que ayudan a dar vida a las historias, los niños a menudo se reconocen en las historias de jóvenes santos como Teresa, Bernadette, y los niños de Fátima, y pueden sentirse muy inspirados por las vidas de grandes santos como Teresa de Calcuta, Juan Pablo II y Maximiliano Kolbe.
Sin embargo, algunas de las historias que más impactarán a los niños son las de los que están en camino a la santidad: ¡las personas que mejor conocen y quieren! Padres, abuelos, padrinos, tíos y tías pueden compartir sus propios recuerdos de aquellos momentos en los que Dios ha obrado notablemente en sus propias vidas, cómo han respondido o dejado de responder, las lecciones aprendidas y las gracias concedidas a través de cada incidente. Contar historias directamente de la fuente, de un ser humano común y cotidiano, puede llegar al corazón y a la mente de los jóvenes de manera profunda y transformadora.
El Rosario: El mejor instrumento de María para contar historias
Al darnos su Rosario, María aprovechó el poder de la narración y lo unió a la oración vocal y meditativa para proporcionarnos una de nuestras mayores herramientas espirituales. Al llevar nuestras intenciones, preocupaciones y acciones de gracias, somos capaces de ver nuestras propias vidas a la luz del Evangelio. Meditando sobre el fiat de María, nos sentimos inspirados para responder «sí» a las circunstancias más desafiantes de la vida. Recordando a Cristo cargando con su cruz, nos fortalecemos para levantar la nuestra. Reflexionando sobre la Resurrección de Cristo y su Ascensión al Cielo, se nos recuerda que, incluso en las circunstancias más terribles, somos un pueblo pascual, llamado a la paz, la alegría y la esperanza.
Mientras celebramos este mes de María, dedica tiempo a compartir sus historias con tus propios hijos. Pero no se detengan ahí. Comparta las historias del Antiguo Testamento, las historias de los santos y de los futuros santos- Anima a tus hijos a que escriban sus propias historias, también.
Sobre la autora: Stephanie Engelman es esposa, madre de cinco hijos, conferencista pública y autora de A Single Bead, una galardonada novela para jóvenes adultos sobre el poder del Rosario, publicada por Pauline Books and Media. En su tiempo libre, a Stephanie le encanta ir de excursión, acampar y andar en bicicleta de montaña con su familia. Puede encontrar a Stephanie en la web en www_StephanieEngelman.com