María elegida por Dios
MARÍA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE DIOS
María es su creatura más perfecta; la que aceptó llegar a ser por completo lo que Dios se propuso al crearla. La que nunca le dijo que “no” y, por eso, su vida fue un puro crecimiento sin retrocesos. María es, a los ojos de Dios, la creatura que más plenamente tomó conciencia de su vocación y realizó su misión. María es, para Dios, la creatura predilecta.
Para el Padre
María es la que alegra el corazón del Padre Dios, aquella de la que dice la oración: “Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza…” María es aquella a quien el ángel dice en la Anunciación: “Te saludo, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1,28). Lo que quiere decir: alégrate, porque Dios te ha hecho hermosa, graciosa, encantadora a sus ojos; su alegría está en ti, te busca y siempre quiere estar contigo. Es la hija predilecta del Padre.
Para el Espíritu Santo
María es hermosa porque durante toda su vida escuchó a Dios y consintió en dejarse llenar por el Espíritu Santo. Se convierte así en el templo del Espíritu Santo, la creatura dócil que se deja conducir e inflamar por el amor que viene de Dios para derramarlo en los hombres.