San Antonio de Padua: Santo de los Milagros

Por: Padre Willy Raymond, CSC  de la  homilía  del 13 de Junio de 2025.
San Antonio de Padua ( 1195-1231) fue un sacerdote franciscano y el más conocido seguidor de San Francisco de Asís , famoso por su predicación , milagros y vida santa. Sin embargo, es popularmente conocido por su intercesión cuando se pierde algo. A menudo se le invoca con la conocida frase: «Antonio, Antonio, ven, algo se ha perdido y no se encuentra».  

El buscador de lo perdido

La fama de San Antonio de encontrar objetos perdidos se debe a un incidente ocurrido en Bolonia. Antonio tenía un libro de Salmos muy importante para él. Contenía sus notas y comentarios para la enseñanza de sus seminaristas. Un novicio que había decidido abandonar a los franciscanos se llevó consigo su Libro de Salmos. Antes de la invención de la imprenta, los libros debían copiarse a mano, por lo que eran un objeto de gran valor. Los frailes franciscanos, en particular, dado su voto de pobreza, encontraban difícil reponer un objeto así. Cuando Antonio se dio cuenta de que su Salter había desaparecido, rezó para que lo encontraran o lo devolvieran. Tras lo cual, el ladrón no solo se sintió impulsado a devolverle el libro a Antonio, sino también a pedir perdón y a reincorporarse a la orden.  
Amaba la Palabra de Dios y fue considerado el mayor predicador de su época. Es autor de numerosos sermones, muchos de los cuales se han conservado a lo largo de los siglos. Gracias a sus enseñanzas y ejemplo, San Antonio fue declarado Doctor de la Iglesia en 1946. 
Para ayudarnos a valorar la vida de  San Antonio  (y no invocarlo sólo cuando perdemos las llaves del coche) aquí van algunas de sus mejores frases: 
1) “Las acciones hablan más que las palabras; deja que tus palabras enseñen y tus acciones hablen”. 
2) “Atribuye a Dios todo lo bueno que has recibido. Si te atribuyes algo que no te pertenece, serás culpable de robo.” 
3) “Los cristianos deben apoyarse en la cruz de Cristo como los viajeros se apoyan en un bastón cuando emprenden un largo viaje”. 
4) “El espíritu de humildad es más dulce que la miel, y los que se nutren con esta miel producen frutos dulces.” 
 
Un hacedor de milagros
La predicación de Antonio a menudo producía milagros. En una ocasión, mientras predicaba, algunos herejes se opusieron abiertamente a Antonio. Los dejó y se dirigió a la orilla del río, donde los peces los humillaron acercándose a la orilla para escuchar el sermón de Antonio. 
En otra ocasión, unos herejes intentaron eliminarlo envenenando su comida en un banquete. Al descubrirse su traición, retaron a Antonio a comer la comida envenenada, pues el Evangelio de Marcos dice: «Si tu fe es fuerte, puedes manejar serpientes venenosas y beber veneno mortal, y no te pasará nada malo». Antonio aceptó el reto, comió la comida envenenada y vivió para contarlo.   
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